Con
estos de las elecciones Europeas vengo observando el lenguaje que se utiliza en
lo mítines y debates, y la verdad es que no tiene desperdicio alguno.
El candidato por el Partido popular el Sr. Arias Cañete
aseguró en un mitin en Córdoba que la única coalición que hace falta es la
del PP con los ciudadanos, porque "nosotros trabajamos como negros".
Sin
lugar a dudas una lamentable expresión que rectificó rápidamente tras
pedir perdón.
Yo me pregunto ¿Cómo trabajan los negros? ¿Todos los negros
trabajan igual? ¿El Presidente del país más avanzado del mundo trabaja igual
que en un ciudadano del tercer mundo por el simple hecho de ser negro?
Pero la cosa no queda aquí, en relación con la candidata del
PSOE, el Sr. Cañete manifestaba que "El debate con una mujer es
complicado. Si demuestras superioridad intelectual o la acorralas, es
machista" y "Soy muy espontáneo y digo siempre lo que pienso
y a veces no soy políticamente correcto".
En lo de políticamente incorrecto no tengo más que darle la
razón, y es que al Sr. Cañete le es gratuito
fomentar con sus discursos, aunque luego pida perdón, conceptos que
resultan discriminatorios hacia determinadas personas o colectivos.
No sabemos lo que pensará el Sr. Cañete sobre otros temas,
pero espero que en sucesivos discursos no haga ninguna gracia en relación a
personas con discapacidad o personas homosexuales, como lo ha hecho ya en razón
al género y en razón a la raza.
En pocas palabras, tan solo decir que, para construir un mundo concreto o una Europa
igualitaria lo primero que debemos definir es qué lenguaje habrá
en ese mundo concreto. No podemos pasar por alto la importancia del lenguaje
del que se ha llegado a la conclusión de que “todo aquello que no se nombre no existe”.